17 al 19 de Noviembre 2012. Wild River Lodge.
Bernardo, Michael y Fabián

Habiendo comprado por allá en Julio, “en verde” y a precio rebajado, la estadía por tres días en el Wild River Lodge para pescar el río Maullin, finalmente llegó la hora de partir la madrugada del 17 de Noviembre.
Está oscuro cuando el Transfer me pasa a buscar a las 5 AM. En el aeropuerto me reúno con Bernardo y Fabián y nos embarcamos rumbo a Puerto Montt.


Del aeropuerto a Wild River Lodge, nos toma 20 minutos llegar, por un camino de ripio y paisajes de campo sureño.
El lodge, que queda como a 5 minutos de Puerto Varas, es pequeño y acogedor; dos cabañas nomás, cada una con dos dormitorios y un baño; en cada dormitorio hay dos camas. Un pequeño refrigerador y ducha caliente.



El comedor – estar sigue con la tónica, no muy grande pero si muy acogedor.
Los extensos y muy bien cuidado jardines enmarcan bellamente el entorno.


Y allí está el Maullin a solo unos pasos, con su promesa de una buena pesca.

Son 3 días de pesca embarcada por el Maullín la que nos espera. Esperamos cazar algún Salmo Salar, que sabemos ya están en el río. Nos recibe Marcelo Wilhem, el dueño de Wild River Lodge, con extraordinaria cordialidad y atención.
Mientras tomamos un abundante y rico desayuno, afuera hay ajetreo preparando los botes para la jornada.

Marcelo Wilhem, dueño de Wild River Lodge, nos indica que el primer día será recorriendo el tramo I, bajando el Maullin desde el desague del lago Llanquihue. Iremos a la busca de los Salmo Salar.
Hoy es un día mas bien brillante y caluroso, que resulta no ser lo más adecuado para la pesca. Además, los locales, los “llanquihueños” como les dicen los del lodge, recién estuvieron depredando los salares del río con redes y captura nocturna, de modo que los salares sobrevivientes se han vuelto al lago y pocos se han quedado en el río. Malas noticias. Para remate, ninguno de los tres trae la imprescindible línea de hundimiento de 200 granos, lo que a la postre se traducirá en una mala jornada de pesca.
Emprendemos rumbo al nacimiento del río Maullín en el lago Llanquihue. Fabian irá en un bote con su guía El Nico, mientras que Bernardo y yo iremos con Mr. Steven Ross.
A la orilla del río nos separamos por bote, y preparamos los patrones con nuestro guía, apartando los que a él les parece buenos para los salares.
Ya embarcados, comienzan las instrucciones y recomendaciones del gringo Steven, lo que no cesará hasta que nos bajemos del bote: “Acá no lancen todavía, que hay mucha basura en el fondo….ahora sí y aflojen línea para que se hunda, ya que el río acá tiene mas de 4 metros y los salares andan abajo por el día”.
Lo que tampoco parará será el rema que te rema del gringo; ¿una mosca quedó en una rama? Don’t worry.. vamos remando aguas arriba para rescatarla. Una verdadera máquina este Steven, y con un buen ánimo a toda prueba.


La línea que llevo claramente no es una de 200 grains; ¡mi caña Creek 5/6 ni siquiera puede sacar la línea del agua! Pruebo un rol cast… nada. Después de mucho lidiar con la línea, finalmente me resigno a que no voy a poder hacer mucho con ella (después llegaré a la convicción de que es una de 400+ grains!).
Bernardo se las arregla con una línea que ni está cerca de 200 grains – su streamer anda feliz como a 2 metros bajo la superficie -, pero al menos es de hundimiento; lo mismo pasa con Fabián, que no tiene una línea de hundimiento de 200 grains.
Paulatinamente el río, que parte ancho y profundo, se comienza a desparramar bajo una impenetrable vegetación, solo dejando para pasar un estrecho canal, para luego dejar solo un arroyo donde nos tenemos que bajar del bote por lo somero del agua.



Resumen de la jornada de pesca, ni un solo salmón Salar. Tanto Bernardo como Fabián capturaron alguna que otra truchita, mientras que yo volví “pato” al lodge: ni salar, ni truchita, ni peladilla, ni pique, ni nada.
Acá Bernardo con uno de los peces que le salvaron el día. Bernardo dice que es bonito; yo le creo y casi veo que tiene los ojos azules…

Y otro:

(La línea verde-celeste es la línea de “hundimiento”, que por supuesto no era de 200 grains.)
Los paisajes bellos, espectaculares.

En esta foto se aprecia el “alambrito” que llevaba de línea de hundimiento, supuestamente #6. ¡No modo de sacarla siquiera del agua con una caña WT 5-6!


En el lodge recuperé algo el ánimo con la pesca con mosca seca desde la orilla, pudiendo capturar tres truchitas, en modalidad de Catch & Release normal. Nada sabía yo lo que deparaba mañana en cuanto al Catch $ Release…
Catch!

& Release!

A todas estas, Marcelo está preparando un asado. La cena comienza con un pisco souer muy bien hecho, entrada de centolla y el mencionado asado que está riquísimo, todo esto acompañado por su buen tinto.
Antes de recogernos a la cabaña, Marcelo nos apera de líneas de 200 granos a Fabián y a mí, que de otra manera… estábamos fritos. ¡Gracias Marcelo!
Al segundo día se repite el rico desayuno. Hoy está algo mas nublado, lo que es bueno para la pesca según el gringo. Esta vez vamos a recorrer el tramo II, con un Maullin distinto, dado que está más grande por los diversos afluentes que ha recibido. Pruebo la nueva línea y suspiro de alivio. Esta línea si se puede castear.
Comienzan los piques y todos vamos haciendo capturas, y el gringo Steven, rema que rema y sin parar con las indicaciones. El paisaje es maravilloso y el tramo II del Maullín lleno de sorpresas.





Incluso podemos anclar en el medio del río y bajarnos para castear hacia la orilla.

Bernardo parado al medio del Maullin. Hay un canal a la izquierda, mientras que el grueso del caudal pasa a la derecha. Acá sacamos caleta de truchas bonitas.
Steven nos explica que mas adelante en la temporada el río viene con menos caudal y se puede bajar del bote al río en mas partes; eso sí, este tramos está mucho mas concurrido para entonces.
Hay algo que queda claramente establecido, Steven da instrucciones muy precisas, y si uno las sigue, la captura se produce. El tipo es seco.
Algo extraño me comienza a pasar, y es que comienzo a perder piezas a la vista, partiendo con una fario bien grandota. Y sigue así, saca uno pierde dos. En todo caso, no me quejo porque igual es entretenido.
Le pido consejo al gringo y me dice que no me puede ayudar, porque ha visto mi caña doblada al momento de soltarse la presa; mala suerte y que no estaban bien enganchadas.
Cuando volvemos al lodge discuto el tema con Marcelo Wilhem y llegamos a la conclusión de que he creado una nueva modalidad de Catch & Release, la que somete a las truchas a un mínimo de stress; la técnica queda bautizada como LDR, por Long Distance Release. El resto de los mosqueteros se rehusa a adoptar tan delicada técnica, e insiste en soltar sus truchas solo una vez embarcadas.
Aprovechamos la eclosión de la tarde que está super activa de nuevo, para la mosca seca. A todos nos va bien. La cena de hoy tiene como plato de fondo un pescado apanado con salsa de centolla y el vino ahora es un blanco helado.
Ultimo día, y repetimos el tramo I para ver si conseguimos ahora si un salar. Fabian parte antes que nosotros y bien pronto ya tienen capturado una trucha. Digo, “no importa, de atrás pica el indio”. Preparo mis castings antes de llegar al punto de pesca y todo bien hasta ahora. Esta vez yo elijo el patrón, y sigo las instrucciones de Steven respecto adonde lanzar.
Casi de inmediato siento una picada violenta, que resulta ser mi primer Salmo Salar. De repente, todos estamos sacando Salares.



Bernardo usó el LDR con un salar que calculo sobre los 3 Kg; todos concordamos que habríamos preferido verlo mas de cerca.
Yo seguía en modalidad LDR, perdiendo tres salares seguidos en un pozón que trabajó Steven en medio de correntadas y remolinos.
Este fué un día muy diferente ya que, aparte de los salares, sacamos truchas arco iris y fario; perca trucha incluso.
Fabian:

Bernardo:

Yo:
Lo siento. Era tan grande que no cupo en la foto! De lejos, se veía enorme cuando saltaba!
Nos quedó claro de que llegamos mal preparados, sin la línea adecuada y sin dominio del casting con ella (obvio, si ni la teníamos).
A pesar de que me siento muy orgulloso por haber descubierto esta variante del Catch & Release (Long Distance Release), creo que no voy a seguir ejercitandola en lo posible. Quizás mas adelante.
RESUMEN
La verdad es que la visita al Wild River Lodge colmó nuestras expectativas. Tuvimos algo de mala suerte con el río, porque llegamos en una fecha algo temprana, justo después de la depredación del río en el tramo I y sin la debida preparación. Pero tanto Marcelo como los guías sacaron el cuento adelante con su gran experiencia con el Maullin.
La calidad y calidez del hospedaje es fuera de lo común. Yo repetiría la experiencia a ojos cerrados,
Si van, asegurense de llevar una línea de hundimiento de 200 granos. En el lodge usan la Orvis Wonderline G3 Depth Charge Sinking DC200, la que se maneja con una caña #6. Si se compran la DC250 o DC300 tendrán que usar cañas más grandes. Los streamers que usamos en general eran con bead/cone head o lastradas, tamaño grande tipo 2-4, colores negro con flash azul o verde, o bien blanco o verde. La pancora provocó furor en el tramo II.
La pesca con mosca seca en el lodge, muy productiva por lo demás, es con Adams Parachute o Goddard Caddis chicas 16-18. Es buena idea llevar waders, aunque en verano bastarían unos shorts con zapatillas.
Por favor practiquen su cast ANTES de ir al lodge con la línea de 200 granos. La pesca en ocasiones es bastante fina y hay que ser capaz de caer sobre un area del tamaño de un plato desde 10-15 o más metros de distancia.
Para los Salares hay que castear la línea lo mas lejos posible, de modo que estos no alcancen a ver el bote, ojala sobre 20 metros de distancia.
Estos son consejos que nos van ha agradecer.
Saludos