Así fue como después de un par de mensajes que intercambiamos con Leandro Ravagnan, un gran Pathner y mosquero, Oriundo de la bella ciudad de Malargüe, en las proximidades de Mendoza, me avisaba a mi celular que se encontraba próximo a llegar a Puerto Varas, junto a sus dos pequeñas y a su esposa, para disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Luego de que se acomodaron y descansaron comenzamos rápidamente a organizar las salidas de pesca, así como los sectores a visitar junto a sus nenitas y su esposa, generalmente Leandro aprovechaba mi horario de trabajo para pasear con su linda familia por los alrededores de Puerto Varas o Puerto Montt, mientras que a las 17:40 hrs. Sagradamente ya estábamos subiendo los equipos a su camioneta o a la mia para salir a pescar y recorrer algún rio o parte del lago Llanquihue.
El primer lugar que pescamos fue la barra del rio Pescado, una tarde viento con olas que superaban el metro de altura hacia muy complicado los lanzamientos y el estar con el agua a la cintura que por momentos te llegaban prácticamente al pecho.
El rio pescado, no se mostro generoso como generalmente ocurre, pero de igual forma nos la arreglamos para conseguir clavar unas 7 piezas entre truchas arcoíris y salmones Coho.
Al dia siguiente por lo que respecta a pesca, decidimos flotar alguna laguna del sector, para disfrutar del buen clima y de la tranquilidad de pescar sin viento que dificulte los lanzamientos, asi partimos hacia el lugar elegido, armamos rápidamente los float y ya estábamos en el agua, donde a poco patalear, mi buen amigo Leandro ya divisaba hermosas truchas tomando insectos arriba, en la superficie, logrando clavar lindas truchas farios, las que otorgan una buena lucha antes de poder tomarlas para retornarlas nuevamente.
Desde mi ubicación, podía ver a Leandro, como sacaba una tras otra trucha, esto no puede ser me dije!!! Y le pregunto que moscas estas usando que es tan efectiva? Me responde rápidamente enseñándomela es una mosca que usamos mucho donde vivo, se llama Betty la Fea, y aunque le hacía mucho honor a su nombre las truchas no la resistían.
Asi fueron pasando los días, con extensas tardes de pesca en varios sectores, mientras Leandro paseaba con su familia, disfrutaba además de nuevos lugares que le recomendaba, teniendo buenos piques y capturas.
Pensábamos entonces en ponerle el broche en un lugar en el cual podamos ir tras los King salmón, para tratar de tentarlos aunque están recién comenzando a subir en el Petrohue, así nos dirigimos a un sector, en el cual se hace mas fácil capturarlos y darles una buena lucha, lamentablemente no logramos pinchar ningún King salmón, ni siquiera verlos, pero de igual forma disfrutamos pinchando hartas truchas, incluso nos dimos el lujo de perder algunas tomadas violentas que de seguro hubieran sido muy lindas truchas. Avanzado el día conversamos con Leandro y Marcelo Galindo (Marceliño) la posibilidad de cambiarnos a otro sector para que Leandro pudiera conocer y pescar, así los lleve a otro lugar de esta zona, donde esperábamos poder seguir pinchando truchas y disfrutando del hermoso entorno.
Al llegar al lugar elegido, rápidamente vimos como las truchas en la rivera del frente tomaban insectos en la superficie, dijimos aquí esta la cosa…nos bajamos de la camioneta y nuevamente los tábanos se nos dejaban caer por cientos, en la parte baja nos dieron con todo fácilmente teníamos a nuestro alrededor 100 tábanos y en el día completo habremos matado entre los 3 unos 1000, asi es “Mil” una locura, testigos son los brazos de Marcelo y mi espalda, que aun esta llena de sus picadas.
Aun así seguimos en el rio, vadeando, buscando donde presentar nuestras moscas, sacando truchas cercanas a los dos kilos, con un viento que por momentos se volvía incontrolable, por lo que cambiábamos de sector, para tratar de llegar a los lugares de mayor resguardo del viento, aquí pueden ver a Marcelo y su vadeo Kamikaze, quien no le aflojo y le dio ardua batalla al viento, presentando sus patrones y clavando truchas incluso con mosca seca.
Avanzada la tarde, luego de unas empanaditas de rigor, en la localidad de Ensenada, retornábamos rumbo a casa, donde Leandro prepararía su retorno a casa, con la consigna de que más temprano que tarde volveremos al Petrohue, tras los King Salmon.
Además de haber disfrutado de estas buenas jornadas de pesca, lo más destacable lejos es el haber compartido junto a este gran pescador, de principios claros e intransable, con un respeto y amor por el medio ambiente sin igual, un lujo de amigo y un gran pescador con el cual espero nuevamente volver a pescar.
