Volví a meter la camioneta en el garaje, puse la radio y me enteré de que el mal tiempo iba a durar todo el día.
Entré de nuevo en mi casa, me desvestí silenciosamente y me deslicé dentro de la cama.
Despacito me acurruqué contra la espalda de mi mujer, puse mis manos en sus pechos y le susurré al oído:
'El tiempo afuera está horrible'.
Ella me contestó medio dormida:
'¿Y puedes creer que el aweonao de mi marido se fue a pescar?'
Piensen bien antes de salir a pescar.....




