Pescando en la Carretera Austral. Lago Risopatron, Rosselot.
Posted: 20 Jan 2011, 11:56
El “Casteo” de un principiante en aguas de expertos
La verdad de las cosas es que para mi es un poco complicado comenzar a redactar este articulo, me complica la idea de escribir en una pagina de pesca con mosca donde seguramente los artículos publicados han sido elaborados por gente avezada en el tema del “Catch and Release”. Pero en fin, mi idea de publicar no es aconsejar, ni mucho menos guiar a alguien en el difícil arte que en este verano aprendí. Todo comenzó cuando de acuerdo a una planificación familiar se decidió que las vacaciones de este año serian en la carretera austral, específicamente en el Lago Risopatrón, (para referenciarlos un poco a 5 kilómetros al Norte de Puyuhuapi) de acuerdo al lugar elegido comenzaron a surgir diversos comentarios en el entorno familiar, en cuanto a las actividades que en ese lugar podríamos hacer. Las ideas iban desde extraordinarias navegaciones por los distintos lagos, ríos , fiordos etc., exquisitos corderos asados al palo y así muchas otras interesantes ideas, pero sin lugar a dudas lo que mas se comentaba era la extraordinaria pesca que en es lugar se podía dar. Diversas opiniones surgían de acuerdo a los mejores lugares que en ese sector debíamos elegir para lograr obtener “Buenas Capturas”, hasta ese instante debo reconocer, me mantuve un poco al margen de opinar ya que hasta ese momento no me sentía atraído por una trucha o lo que fuera. Con el transcurrir de los días comencé a indagar un poco sobre el tema y a interiorizarme de lo que tanto atrae a mi gran amigo Ignacio Matte, pensaba que algo de bueno debe tener esto que provoque tal nivel de pasión en el pescador antes mencionado, al cual aprovecho de agradecer, por las moscas regaladas y la mini clase de “Casteo” que nos hizo. Retomando, comencé a leer, a ver videos y de a poco me fui motivando con la idea de atrapar a una arcoiris, una fario y por que no un Chinook (soñar es gratis). El tema es que días antes de nuestra partida y durante todo el viaje mientras manejaba pensaba en el momento de estar entrando al agua, con la mosca, la línea, el tippet todo enredado, pero no importaba tiempo tendría de sobra para sacar los nudos, soñaba con el momento de lanzar mi línea y aunque cayera 1 metro mas adelante sentir el ruido de la línea en el aire y finalmente ver como esta caía en el agua. Pues bien el largo viaje termino y ya estaba frente al lago Risopatrón, el cual presenta en una de sus riveras altos juncos, lugar ideal (dicen) para lanzar la mosca y esperar el pique. Comencé a entrar al agua, estrenando mis waders, mis zapatos todo, parecía niño un 25 de diciembre, todo nuevo. Mientras avanzaba con mi caña ya armada con una mosca woolly bugger verde, observaba el sector de los juncos, y trataba de decidir cual seria mi lugar de combate, mi puesto de mando. Mientras avanzaba y la congelada agua me llegaba a las rodillas vi algo increíble, en los juncos comenzaron a saltar las que en ese momento veía como mis victimas, en ese momento pensé, “Esto será tirar y abrazarse”. Comencé a lanzar recordando en todo momento los consejos de imatte, una vez, dos veces, tres veces, perdí la cuenta y nada, no podía creer que viendo mis victimas saltando delante de mi ninguna tuviera la buena educación de aceptar lo que les estaba ofreciendo, en ese sentido debo decir que bastante mal educadas las truchas del Risopatrón. Total fue mi decepción cuando llego mi cuñado, y al primer lanzamiento picó una arcoris de 1 kg aprox. El día termino Sin resultados positivos para mi , pero déjenme contarles que la motivación jamás decayó al contrario lo único que esperaba era el siguiente día para seguir tratando de engañar al adversario, debía idear nuevas tácticas, debía pensar en un nuevo plan, esto definitivamente era una guerra. Y así pasaron los días y mi guerra las estaba perdiendo por masacre, moscas enredadas , moscas perdidas, líneas anudadas, intensos fríos, fuertes vientos, y mis adversarias seguían saltando frente a mi casi en tono de burla, pero mi idea era una sola, rendirme jamás. Por supuesto que con el pasar de los días y conversando con gente del lugar, me aconsejaban que lo mejor era usar Chernobyl, que con eso picaba seguro, otros me aconsejaban tal y tal mosca , o tal y cual lugar en fin consejos muchos resultados ninguno. Después de varios días de una pesca infructuosa en el Risopatrón, fuimos navegando hasta el lago Rosselot, a la desembocadura del Río Figueroa, una vez mas lleno de ilusión y con ganas de poner “toda la carne en la parrilla”, comencé a lanzar , ahora mi lanzamiento ya no era de un metro, era de un metro y medio, algo de progreso había, ya había pasado como una hora hasta que llego el momento, lancé mi línea y finalmente sentí como algo se alimentaba de lo que yo le estaba dando, incrédulo al principio pensando que me había enredado en los troncos, espere un momento hasta que sentí que la trucha me decía “Es ahora o nunca”, fue ahora y tire mi caña hacia atrás con tanta fuerza que en un momento pensé que me quedaría solo con la cabeza de la trucha, la fuerza indebida fue producto de la adrenalina del momento y que por nada del mundo dejaría escapar ese momento, aprovecho de disculparme con la trucha por uso indebido de la fuerza, en fin comenzó la guerra el día D había llegado, la hora H comenzaba a andar, me pinte la cara con pintura de guerra y comenzó la lucha , que fuerza que tienen ¡!!!!, recogía y le daba, recogía y le daba, a veces me desesperaba por que no la sentía, pensaba que se me había escapado, pero trataba de engañarme, la descubrí mientras pensaba que lo que estaba viviendo era realmente un momento inigualable. Lo único que pedía era que no se me fuera a escapar, quería verla y tenerla rápido, 5 metros delante de mi saltó y la pude ver, en ese momento me pareció ver a un delfín saltando a través de argollas, el momento era perfecto. Finalmente y después de casi 10 minutos de combate, la saque, moje mis manos y la atrape, debo reconocer que sacarle la mosca me costo un poco, y mas aun dejarla en el agua nuevamente me costo mas aun, era como mi invaluable juguete nuevo, era mi trofeo, después de varios días de trabajo, lo tenia pero tenia que dejarla ir, la sumergí y pude ver como rápidamente se alejo, sin antes dar un salto de despedida a unos 3 metros de mi. El día era perfecto, con eso podría dar las vacaciones por terminadas y volver a la agobiante rutina del día a día, no necesitaba nada mas mi objetivo se cumplió. Pero la pesca me tendría preparada otra sorpresa, días después salimos a pescar en bote, al sector de los ingratos juncos del Risopatrón, la pesca seria con mosca seca, el pescador guía nos enseño la técnica para pescar con este tipo de mosca, mirar la mosca en todo momento , darle pequeños “tirones” a la línea y recoger. Pues bien después de un rato de lanzar en medio de los juncos, observo detenidamente mi mosca que estaba como a unos 10 metros, y veo como una trucha sube a la superficie, abre su boca y traga mi mosca, debo haber quedado igual que la trucha, con la boca abierta, bloqueado, pasmado, inmovilizado, atontado, de repente oigo un grito “Es tuya, es tuya, sácala”¡¡¡¡¡, con el grito desperté de mi asombro, pero ya era demasiado tarde, la trucha me había dado la oportunidad y yo la desaproveche. Fue tal la emoción de verla en la superficie, fue tal la emoción de haberla engañado, que mi cerebro no se conecto con mis movimientos y deje pasar una excelente oportunidad. Pero en fin , fueron casi 3 semanas en la carretera austral y el resultado final fue YO 1 VS TRUCHAS 5263738349, me ganaron por goleada, pero lo interesante de todo esto es haber aprendido un nuevo deporte, el cual requiere de técnica, táctica, dedicación, esfuerzo, son muchos los valores que se aprenden en la pesca, inconscientemente se adquieren destrezas distintas a las de otras disciplinas, se valoran otras cosas, el estar solo, lanzando una mosca en un lago maravilloso, escuchando solo el ruido de tu línea, aunque no salga nada , aunque se me enrede mil veces todo, fue un descanso y una paz difícil de encontrar en otras partes. Como conclusión puedo decir que la pesca con mosca ha ganado un adicto mas, ya terminadas mis vacaciones deberé esperar casi un año para poder volver a lanzar y volver a conectarme con lo que pocas personas se identifican, pero tengan por seguro truchas del mundo que el próximo verano mi línea llegara mas lejos y mis tácticas y estrategias serán mejoradas, ustedes dedíquense a engordar y a hacer felices a los pescadores que están por llegar. No podría terminar este articulo sin antes agradecer a Alejandro Arias W, Alejandro Arias E y a Ignacio Matte I, que sin duda fueron los “profes” de este principiante “Mosquero”.
La verdad de las cosas es que para mi es un poco complicado comenzar a redactar este articulo, me complica la idea de escribir en una pagina de pesca con mosca donde seguramente los artículos publicados han sido elaborados por gente avezada en el tema del “Catch and Release”. Pero en fin, mi idea de publicar no es aconsejar, ni mucho menos guiar a alguien en el difícil arte que en este verano aprendí. Todo comenzó cuando de acuerdo a una planificación familiar se decidió que las vacaciones de este año serian en la carretera austral, específicamente en el Lago Risopatrón, (para referenciarlos un poco a 5 kilómetros al Norte de Puyuhuapi) de acuerdo al lugar elegido comenzaron a surgir diversos comentarios en el entorno familiar, en cuanto a las actividades que en ese lugar podríamos hacer. Las ideas iban desde extraordinarias navegaciones por los distintos lagos, ríos , fiordos etc., exquisitos corderos asados al palo y así muchas otras interesantes ideas, pero sin lugar a dudas lo que mas se comentaba era la extraordinaria pesca que en es lugar se podía dar. Diversas opiniones surgían de acuerdo a los mejores lugares que en ese sector debíamos elegir para lograr obtener “Buenas Capturas”, hasta ese instante debo reconocer, me mantuve un poco al margen de opinar ya que hasta ese momento no me sentía atraído por una trucha o lo que fuera. Con el transcurrir de los días comencé a indagar un poco sobre el tema y a interiorizarme de lo que tanto atrae a mi gran amigo Ignacio Matte, pensaba que algo de bueno debe tener esto que provoque tal nivel de pasión en el pescador antes mencionado, al cual aprovecho de agradecer, por las moscas regaladas y la mini clase de “Casteo” que nos hizo. Retomando, comencé a leer, a ver videos y de a poco me fui motivando con la idea de atrapar a una arcoiris, una fario y por que no un Chinook (soñar es gratis). El tema es que días antes de nuestra partida y durante todo el viaje mientras manejaba pensaba en el momento de estar entrando al agua, con la mosca, la línea, el tippet todo enredado, pero no importaba tiempo tendría de sobra para sacar los nudos, soñaba con el momento de lanzar mi línea y aunque cayera 1 metro mas adelante sentir el ruido de la línea en el aire y finalmente ver como esta caía en el agua. Pues bien el largo viaje termino y ya estaba frente al lago Risopatrón, el cual presenta en una de sus riveras altos juncos, lugar ideal (dicen) para lanzar la mosca y esperar el pique. Comencé a entrar al agua, estrenando mis waders, mis zapatos todo, parecía niño un 25 de diciembre, todo nuevo. Mientras avanzaba con mi caña ya armada con una mosca woolly bugger verde, observaba el sector de los juncos, y trataba de decidir cual seria mi lugar de combate, mi puesto de mando. Mientras avanzaba y la congelada agua me llegaba a las rodillas vi algo increíble, en los juncos comenzaron a saltar las que en ese momento veía como mis victimas, en ese momento pensé, “Esto será tirar y abrazarse”. Comencé a lanzar recordando en todo momento los consejos de imatte, una vez, dos veces, tres veces, perdí la cuenta y nada, no podía creer que viendo mis victimas saltando delante de mi ninguna tuviera la buena educación de aceptar lo que les estaba ofreciendo, en ese sentido debo decir que bastante mal educadas las truchas del Risopatrón. Total fue mi decepción cuando llego mi cuñado, y al primer lanzamiento picó una arcoris de 1 kg aprox. El día termino Sin resultados positivos para mi , pero déjenme contarles que la motivación jamás decayó al contrario lo único que esperaba era el siguiente día para seguir tratando de engañar al adversario, debía idear nuevas tácticas, debía pensar en un nuevo plan, esto definitivamente era una guerra. Y así pasaron los días y mi guerra las estaba perdiendo por masacre, moscas enredadas , moscas perdidas, líneas anudadas, intensos fríos, fuertes vientos, y mis adversarias seguían saltando frente a mi casi en tono de burla, pero mi idea era una sola, rendirme jamás. Por supuesto que con el pasar de los días y conversando con gente del lugar, me aconsejaban que lo mejor era usar Chernobyl, que con eso picaba seguro, otros me aconsejaban tal y tal mosca , o tal y cual lugar en fin consejos muchos resultados ninguno. Después de varios días de una pesca infructuosa en el Risopatrón, fuimos navegando hasta el lago Rosselot, a la desembocadura del Río Figueroa, una vez mas lleno de ilusión y con ganas de poner “toda la carne en la parrilla”, comencé a lanzar , ahora mi lanzamiento ya no era de un metro, era de un metro y medio, algo de progreso había, ya había pasado como una hora hasta que llego el momento, lancé mi línea y finalmente sentí como algo se alimentaba de lo que yo le estaba dando, incrédulo al principio pensando que me había enredado en los troncos, espere un momento hasta que sentí que la trucha me decía “Es ahora o nunca”, fue ahora y tire mi caña hacia atrás con tanta fuerza que en un momento pensé que me quedaría solo con la cabeza de la trucha, la fuerza indebida fue producto de la adrenalina del momento y que por nada del mundo dejaría escapar ese momento, aprovecho de disculparme con la trucha por uso indebido de la fuerza, en fin comenzó la guerra el día D había llegado, la hora H comenzaba a andar, me pinte la cara con pintura de guerra y comenzó la lucha , que fuerza que tienen ¡!!!!, recogía y le daba, recogía y le daba, a veces me desesperaba por que no la sentía, pensaba que se me había escapado, pero trataba de engañarme, la descubrí mientras pensaba que lo que estaba viviendo era realmente un momento inigualable. Lo único que pedía era que no se me fuera a escapar, quería verla y tenerla rápido, 5 metros delante de mi saltó y la pude ver, en ese momento me pareció ver a un delfín saltando a través de argollas, el momento era perfecto. Finalmente y después de casi 10 minutos de combate, la saque, moje mis manos y la atrape, debo reconocer que sacarle la mosca me costo un poco, y mas aun dejarla en el agua nuevamente me costo mas aun, era como mi invaluable juguete nuevo, era mi trofeo, después de varios días de trabajo, lo tenia pero tenia que dejarla ir, la sumergí y pude ver como rápidamente se alejo, sin antes dar un salto de despedida a unos 3 metros de mi. El día era perfecto, con eso podría dar las vacaciones por terminadas y volver a la agobiante rutina del día a día, no necesitaba nada mas mi objetivo se cumplió. Pero la pesca me tendría preparada otra sorpresa, días después salimos a pescar en bote, al sector de los ingratos juncos del Risopatrón, la pesca seria con mosca seca, el pescador guía nos enseño la técnica para pescar con este tipo de mosca, mirar la mosca en todo momento , darle pequeños “tirones” a la línea y recoger. Pues bien después de un rato de lanzar en medio de los juncos, observo detenidamente mi mosca que estaba como a unos 10 metros, y veo como una trucha sube a la superficie, abre su boca y traga mi mosca, debo haber quedado igual que la trucha, con la boca abierta, bloqueado, pasmado, inmovilizado, atontado, de repente oigo un grito “Es tuya, es tuya, sácala”¡¡¡¡¡, con el grito desperté de mi asombro, pero ya era demasiado tarde, la trucha me había dado la oportunidad y yo la desaproveche. Fue tal la emoción de verla en la superficie, fue tal la emoción de haberla engañado, que mi cerebro no se conecto con mis movimientos y deje pasar una excelente oportunidad. Pero en fin , fueron casi 3 semanas en la carretera austral y el resultado final fue YO 1 VS TRUCHAS 5263738349, me ganaron por goleada, pero lo interesante de todo esto es haber aprendido un nuevo deporte, el cual requiere de técnica, táctica, dedicación, esfuerzo, son muchos los valores que se aprenden en la pesca, inconscientemente se adquieren destrezas distintas a las de otras disciplinas, se valoran otras cosas, el estar solo, lanzando una mosca en un lago maravilloso, escuchando solo el ruido de tu línea, aunque no salga nada , aunque se me enrede mil veces todo, fue un descanso y una paz difícil de encontrar en otras partes. Como conclusión puedo decir que la pesca con mosca ha ganado un adicto mas, ya terminadas mis vacaciones deberé esperar casi un año para poder volver a lanzar y volver a conectarme con lo que pocas personas se identifican, pero tengan por seguro truchas del mundo que el próximo verano mi línea llegara mas lejos y mis tácticas y estrategias serán mejoradas, ustedes dedíquense a engordar y a hacer felices a los pescadores que están por llegar. No podría terminar este articulo sin antes agradecer a Alejandro Arias W, Alejandro Arias E y a Ignacio Matte I, que sin duda fueron los “profes” de este principiante “Mosquero”.