El Secreto para la Mejor Pesca
Posted: 19 Nov 2010, 10:40
Estimados foreros,
Recorriendo el inmenso mundo de Internet y buscando experiencias o técnicas en fin cualquier información de aquellos que llevan años de la "Pesca con Mosca" encontré este articulo que me pareció atinado, sencillo y directo, os dejo para vuestro análisis y comentarios.
"Con gran alegría descubrí hace algunas semanas atrás en este nuevo sitio, Ríos & Senderos, el artículo "Una vida junto a la naturaleza" de André Saint-Valle, gran profesional, pescador y mejor amigo. Había pasado algún tiempo ya desde la última vez que pescamos juntos en una pequeña laguna cercana a la ciudad de Coyhaique, por lo que el feliz acontecimiento me dio una buena razón para colarme en su nutrida agenda de trabajo y saludarlo. Acordamos reunirnos el fin de semana siguiente. Como siempre, su tiempo se encontraba absolutamente "sobrevendido".
La conversación de aquel día en que nos vimos no fue muy diferente de una típica y, por lo general, poco original conversación de pescadores con mosca, salvo por la novedad de esta página web y por la invitación que me hizo a participar en ella con un artículo.
Me gustaba la idea de escribir, pero se me hacía difícil pensar en el tema. Se ha escrito tanto sobre la pesca con mosca, y creo estar muy lejos de ser un experto en el tema. No sólo debo ser el peor lanzador de mi grupo de amigos, sino, además, el que menos moscas amarra en la temporada y el que menos sabe de entomología. ¿Qué podría aportar entonces?, me preguntaba.
Fue en ese momento cuando recordé dos incidentes en mi vida de pescador, que me hicieron meditar en el profundo sentido que puede llegar a tener una actividad como ésta y que creo vale la pena compartir con ustedes.
El primero y más reciente fue el que ya les comenté en un principio, en aquella laguna de la Undécima Región con André, y el segundo, a fines de enero recién pasado, en una de las lagunas del Parque Nacional Puyehue, ocasión en que me encontraba completamente solo. Probablemente ambas ocasiones representen, en lo que a pesca con mosca se refiere, dos de las mejores experiencias que he tenido hasta ahora: una notable mezcla de lugar, cantidad, tamaño, vitalidad de las piezas y técnica requerida, que hacen ver como insignificantes y hasta banales las mayores capturas conseguidas.
A pesar de lo parecidas que fueron esas dos salidas, hay algo que las hace totalmente distintas y que constituye, a mi juicio, el verdadero secreto de la pesca. ¿Notan cuál es esa diferencia?
Efectivamente, la diferencia está en compartir las experiencias con otras personas. Y créanme que no sólo me refiero a pescar acompañado.
Los seres humanos estamos hechos para interactuar unos con otros, y la pesca, al igual que otras actividades, ofrece una excelente oportunidad para hacerlo. Mucho más importante entonces que desarrollar una excelente técnica de lanzamiento, aprender mucho sobre insectos acuáticos, escoger el mejor equipo, viajar a los mejores lugares, practicar el "catch & release" o dominar a la perfección el arte de atar moscas, es desarrollar las habilidades para relacionarnos con otros.
¿Estoy hablando incoherencias? Creo que no, pues sólo basta echar una pequeña mirada a nuestro entorno como deportistas para comprobarlo.
Qué triste es ver cómo se ha ido ampliando la barrera entre los que practican la pesca con mosca y los que no, muchas veces llamados en forma peyorativa, "ferreteros". Qué triste es ver cómo una actividad tan hermosa puede generar tanto "cuchicheo" y envidias entre quienes supuestamente la "difunden". Qué triste es ver cómo aquellos que predican la preservación del medio ambiente sean precisamente los que, en muchos casos, profundizan las diferencias entre los que lo cuidan y los que no. Y muchos de ellos son verdaderos expertos… pero no en relaciones en humanas.
No quiero que se me malinterprete. No pretendo decir que no tiene relevancia dedicar tiempo a buscar la excelencia en las técnicas, ni que sea insensato cuidar nuestros frágiles recursos. Por supuesto que son importantes, y orgullosamente me cuento entre los que con entusiasmo adquieren nuevos equipos e intentan de perfeccionarse. Mi intención detrás de estas líneas es destacar la importancia que tiene preocuparnos más de SER, por sobre el saber, el hacer o el tener. Sí, ser mejores personas, antes que simplemente mejores pescadores.
Las experiencias de pesca, así como de otras actividades al aire libre, que he tenido junto a amigos como André y tantos otros, me han hecho comprender mi inconstancia a la hora de aprender cuál es la diferencia entre tal o cual orden de insectos, o si es más importante presentar o llegar más lejos con mis lances, o si mi Elk Hair Caddis está amarrada como debiera o no.
Aquella tarde de enero, cuando flotaba esa laguna en medio de un paisaje exuberante, rodeado de una eclosión de quizás qué insectos y de docenas de truchas arco iris y fario peleándose por tomar mi mosca seca, me sorprendí pensando en cuánto quería que mis amigos estuviesen ahí conmigo y no para atestiguar el tamaño de las piezas que conseguí, sino sencillamente para que el momento fuese perfecto. Sin ellos, se perdía mucho del sentido de estar allí.
Sí, ahí está el secreto para la mejor pesca.
El "mejor" lugar de pesca, no es el que tiene mejores y más grandes piezas, sino aquel que nos permite disfrutar con otros; el "mejor" equipo no es el último avance que ofrece el mercado, sino aquel que no impide que otros se nos acerquen, ni divide a quienes practican la disciplina; la "mejor" mosca no es la que atrae a más peces, sino aquella que logra que dos pescadores compartan un consejo. Por último, el "mejor" pescador no es quien más sabe de técnicas y de moscas, sino aquel que, además de todo lo anterior, domina el difícil arte de interrelacionarse con los demás, el que logra el mayor número de verdaderos amigos.
No hay duda de que aún nos queda mucho camino por recorrer en pos de conseguir el verdadero secreto de la pesca y probablemente muchos obstáculos que sortear, sin embargo, vale la pena.
Dejo planteado el desafío."
Original de Pablo Sotomayor.
Recorriendo el inmenso mundo de Internet y buscando experiencias o técnicas en fin cualquier información de aquellos que llevan años de la "Pesca con Mosca" encontré este articulo que me pareció atinado, sencillo y directo, os dejo para vuestro análisis y comentarios.
"Con gran alegría descubrí hace algunas semanas atrás en este nuevo sitio, Ríos & Senderos, el artículo "Una vida junto a la naturaleza" de André Saint-Valle, gran profesional, pescador y mejor amigo. Había pasado algún tiempo ya desde la última vez que pescamos juntos en una pequeña laguna cercana a la ciudad de Coyhaique, por lo que el feliz acontecimiento me dio una buena razón para colarme en su nutrida agenda de trabajo y saludarlo. Acordamos reunirnos el fin de semana siguiente. Como siempre, su tiempo se encontraba absolutamente "sobrevendido".
La conversación de aquel día en que nos vimos no fue muy diferente de una típica y, por lo general, poco original conversación de pescadores con mosca, salvo por la novedad de esta página web y por la invitación que me hizo a participar en ella con un artículo.
Me gustaba la idea de escribir, pero se me hacía difícil pensar en el tema. Se ha escrito tanto sobre la pesca con mosca, y creo estar muy lejos de ser un experto en el tema. No sólo debo ser el peor lanzador de mi grupo de amigos, sino, además, el que menos moscas amarra en la temporada y el que menos sabe de entomología. ¿Qué podría aportar entonces?, me preguntaba.
Fue en ese momento cuando recordé dos incidentes en mi vida de pescador, que me hicieron meditar en el profundo sentido que puede llegar a tener una actividad como ésta y que creo vale la pena compartir con ustedes.
El primero y más reciente fue el que ya les comenté en un principio, en aquella laguna de la Undécima Región con André, y el segundo, a fines de enero recién pasado, en una de las lagunas del Parque Nacional Puyehue, ocasión en que me encontraba completamente solo. Probablemente ambas ocasiones representen, en lo que a pesca con mosca se refiere, dos de las mejores experiencias que he tenido hasta ahora: una notable mezcla de lugar, cantidad, tamaño, vitalidad de las piezas y técnica requerida, que hacen ver como insignificantes y hasta banales las mayores capturas conseguidas.
A pesar de lo parecidas que fueron esas dos salidas, hay algo que las hace totalmente distintas y que constituye, a mi juicio, el verdadero secreto de la pesca. ¿Notan cuál es esa diferencia?
Efectivamente, la diferencia está en compartir las experiencias con otras personas. Y créanme que no sólo me refiero a pescar acompañado.
Los seres humanos estamos hechos para interactuar unos con otros, y la pesca, al igual que otras actividades, ofrece una excelente oportunidad para hacerlo. Mucho más importante entonces que desarrollar una excelente técnica de lanzamiento, aprender mucho sobre insectos acuáticos, escoger el mejor equipo, viajar a los mejores lugares, practicar el "catch & release" o dominar a la perfección el arte de atar moscas, es desarrollar las habilidades para relacionarnos con otros.
¿Estoy hablando incoherencias? Creo que no, pues sólo basta echar una pequeña mirada a nuestro entorno como deportistas para comprobarlo.
Qué triste es ver cómo se ha ido ampliando la barrera entre los que practican la pesca con mosca y los que no, muchas veces llamados en forma peyorativa, "ferreteros". Qué triste es ver cómo una actividad tan hermosa puede generar tanto "cuchicheo" y envidias entre quienes supuestamente la "difunden". Qué triste es ver cómo aquellos que predican la preservación del medio ambiente sean precisamente los que, en muchos casos, profundizan las diferencias entre los que lo cuidan y los que no. Y muchos de ellos son verdaderos expertos… pero no en relaciones en humanas.
No quiero que se me malinterprete. No pretendo decir que no tiene relevancia dedicar tiempo a buscar la excelencia en las técnicas, ni que sea insensato cuidar nuestros frágiles recursos. Por supuesto que son importantes, y orgullosamente me cuento entre los que con entusiasmo adquieren nuevos equipos e intentan de perfeccionarse. Mi intención detrás de estas líneas es destacar la importancia que tiene preocuparnos más de SER, por sobre el saber, el hacer o el tener. Sí, ser mejores personas, antes que simplemente mejores pescadores.
Las experiencias de pesca, así como de otras actividades al aire libre, que he tenido junto a amigos como André y tantos otros, me han hecho comprender mi inconstancia a la hora de aprender cuál es la diferencia entre tal o cual orden de insectos, o si es más importante presentar o llegar más lejos con mis lances, o si mi Elk Hair Caddis está amarrada como debiera o no.
Aquella tarde de enero, cuando flotaba esa laguna en medio de un paisaje exuberante, rodeado de una eclosión de quizás qué insectos y de docenas de truchas arco iris y fario peleándose por tomar mi mosca seca, me sorprendí pensando en cuánto quería que mis amigos estuviesen ahí conmigo y no para atestiguar el tamaño de las piezas que conseguí, sino sencillamente para que el momento fuese perfecto. Sin ellos, se perdía mucho del sentido de estar allí.
Sí, ahí está el secreto para la mejor pesca.
El "mejor" lugar de pesca, no es el que tiene mejores y más grandes piezas, sino aquel que nos permite disfrutar con otros; el "mejor" equipo no es el último avance que ofrece el mercado, sino aquel que no impide que otros se nos acerquen, ni divide a quienes practican la disciplina; la "mejor" mosca no es la que atrae a más peces, sino aquella que logra que dos pescadores compartan un consejo. Por último, el "mejor" pescador no es quien más sabe de técnicas y de moscas, sino aquel que, además de todo lo anterior, domina el difícil arte de interrelacionarse con los demás, el que logra el mayor número de verdaderos amigos.
No hay duda de que aún nos queda mucho camino por recorrer en pos de conseguir el verdadero secreto de la pesca y probablemente muchos obstáculos que sortear, sin embargo, vale la pena.
Dejo planteado el desafío."
Original de Pablo Sotomayor.