Historia de la vida real
Posted: 19 Oct 2010, 15:15
Estimados , les cuento una história que me pasó en uan excursión de pesca .
Lago Las Ardillas, en bote.
Que zona tan maravillosa la zona de Coyhaique. Los paisajes, el entorno, esa sensación de lugar salvaje y de aventura siempre presente es mágica.
Planificamos un viaje con gente de mi empresa. Recursos Humanos tenía un Club en el cual podíamos todos los asociados proponer actividades y parte de las lucas las ponía la empresa y la otra los funcionarios, en cómodas cuotas por supuesto.
Finalmente empujamos un viaje de pesca a la zona de Coyhaique. En total éramos 7. Llegamos al aeropuerto de Balmaceda y allí nos esperaban dos guías que al poco rato ya eran amigos.
Por supuesto que yo lo único que quería saber era a donde iríamos a pescar. Uno de ellos me dice que vamos a ir al lago Las Ardillas. Pesca de lago??? Trolling?? Bueno, debe ser entretenido, pensé.
Para hacerles el cuento corto les comento que llegamos al lago al día sgte y se veía un tiempo parcial pero inestable.
La pesca estuvo muy buena y todos los embarcados en los dos botes pescaron algunas truchas así que hasta ahí todo bien.
La vuelta fue como a las 14 hrs y como habíamos salido temprano los demás opinaban que no era necesario salir en la tarde. Maldición ¡¡¡¡ dije yo , para dormir y descansar mejor me quedo en la casa. Se pusieron a chupar luego del almuerzo así que la posibilidad de pesca disminuyó más aún.
A eso de las 5 de la tarde ya no aguanté mas y le pedí a uno de los guías , que a esa altura ya con suerte podía dirigir donde orinar , que me prestara uno de los botes para dar una vuelta así que salí nomás , solo . Caña armada, un par de chelas y mis puchos solo para dar una vuelta un par de horitas haciendo trolling o castear a alguna orilla interesante.
Llevaba un rato en eso cuando se levantó un viento que me daba en la popa así que feliz yo porque casi podía trolear casi sin remar, excelente.
El pique, fe-no-me-nal. Mejor que en la mañana. Truchas más grandes, gordas y peleadoras. Y estos otros chupando pensaba yo.
El viento se fue haciendo un poco mas violento y se empezaron a formar olitas más grandes así que decidí volver.
Ahí me di cuenta de lo mucho que el viento me había arrastrado. Que diablos, siempre he sido bueno para remar así que sin recoger di la vuelta y empiezo con la pega.
No avanzaba mucho porque a cada rato una nueva trucha me picaba y tenía que parar para recogerla y soltarla y el viento me llevaba de nuevo. Pensé que así llegaría el día del loly así que recogí dejando la mosca colgando rozando el agua.
Dura la tarea oye de remar en esas condiciones. Ya daban como las 7 y no avanzaba casi nada. Pongámosle mas duro entonces pensé y le apliqué mas fuerza a los remos.
Ganaba en velocidad y avance cuando ¡¡krac¡¡ se quebró uno de los remos justo en la mitad . Oh no¡¡¡¡ que cresta hago ahora???? Me empecé a urgir porque recién iba como en la mitad del lago y en el estado que estaban mis compañeros ni pensar en un rescate si ni siquiera me veían.
Me acorde de todos los pelotudos del Discovery Channel con sus maniobras de supervivencia mientras con el remo que me quedaba solo podía mantener la proa al destino y contra el viento para no devolverme tan rápido y perder lo avanzado. Por suerte el viento amainó un poco pero ahí estaba yo dando vueltas al medio del lago.
Pensé en zapatear colgado del bote, ni hablar, le hice con las manos, menos. Que hago, que hago, que hago, que hago……..pensaba.
Tate¡¡¡¡¡ había que ponerse creativo.
Extendí la línea y lancé fuerte. Primera recogida y Pum¡¡¡ trucha grande. Ja¡¡ pensé . En una de esas salgo de esta.
Luego de sacarle la mosca sin rebarba la amarré con cuidado de la cola.
Otro lance, nada. Al otro Pum¡¡¡ otra igual que la anterior. Misma maniobra anterior.
Cuento corto, pinché 6 truchas de entre 4 y 6 kilos y las amarré todas a la proa, a ver que pasaba.
Como las había tenido descansando estaban re bien así que imaginen mi sorpresa cuando empiezo a ver que en la popa se empezaba a formar una estela.
Si, había resultado, no íbamos rápido pero avanzaba. Yo, con el remo que me quedaba dirigía haciendo de timonel y ellas me llevaban de vuelta.
Casi emocionado pensaba yo cuando inconcientemente de niño pescaba y mataba las truchas. Que manera de no saber, que manera de no tener visión.
Casi oscureciendo llegué de vuelta a la partida. A mis compañeros aún los tratan de curados mentirosos cuando cuentan lo que vieron.
En la orilla solté a las truchas, agradecido.
Lo que es yo nunca mas he matado una. Podré comer cualquier cosa sin duda.
Ellas me salvaron la vida, se los juro.
Lago Las Ardillas, en bote.
Que zona tan maravillosa la zona de Coyhaique. Los paisajes, el entorno, esa sensación de lugar salvaje y de aventura siempre presente es mágica.
Planificamos un viaje con gente de mi empresa. Recursos Humanos tenía un Club en el cual podíamos todos los asociados proponer actividades y parte de las lucas las ponía la empresa y la otra los funcionarios, en cómodas cuotas por supuesto.
Finalmente empujamos un viaje de pesca a la zona de Coyhaique. En total éramos 7. Llegamos al aeropuerto de Balmaceda y allí nos esperaban dos guías que al poco rato ya eran amigos.
Por supuesto que yo lo único que quería saber era a donde iríamos a pescar. Uno de ellos me dice que vamos a ir al lago Las Ardillas. Pesca de lago??? Trolling?? Bueno, debe ser entretenido, pensé.
Para hacerles el cuento corto les comento que llegamos al lago al día sgte y se veía un tiempo parcial pero inestable.
La pesca estuvo muy buena y todos los embarcados en los dos botes pescaron algunas truchas así que hasta ahí todo bien.
La vuelta fue como a las 14 hrs y como habíamos salido temprano los demás opinaban que no era necesario salir en la tarde. Maldición ¡¡¡¡ dije yo , para dormir y descansar mejor me quedo en la casa. Se pusieron a chupar luego del almuerzo así que la posibilidad de pesca disminuyó más aún.
A eso de las 5 de la tarde ya no aguanté mas y le pedí a uno de los guías , que a esa altura ya con suerte podía dirigir donde orinar , que me prestara uno de los botes para dar una vuelta así que salí nomás , solo . Caña armada, un par de chelas y mis puchos solo para dar una vuelta un par de horitas haciendo trolling o castear a alguna orilla interesante.
Llevaba un rato en eso cuando se levantó un viento que me daba en la popa así que feliz yo porque casi podía trolear casi sin remar, excelente.
El pique, fe-no-me-nal. Mejor que en la mañana. Truchas más grandes, gordas y peleadoras. Y estos otros chupando pensaba yo.
El viento se fue haciendo un poco mas violento y se empezaron a formar olitas más grandes así que decidí volver.
Ahí me di cuenta de lo mucho que el viento me había arrastrado. Que diablos, siempre he sido bueno para remar así que sin recoger di la vuelta y empiezo con la pega.
No avanzaba mucho porque a cada rato una nueva trucha me picaba y tenía que parar para recogerla y soltarla y el viento me llevaba de nuevo. Pensé que así llegaría el día del loly así que recogí dejando la mosca colgando rozando el agua.
Dura la tarea oye de remar en esas condiciones. Ya daban como las 7 y no avanzaba casi nada. Pongámosle mas duro entonces pensé y le apliqué mas fuerza a los remos.
Ganaba en velocidad y avance cuando ¡¡krac¡¡ se quebró uno de los remos justo en la mitad . Oh no¡¡¡¡ que cresta hago ahora???? Me empecé a urgir porque recién iba como en la mitad del lago y en el estado que estaban mis compañeros ni pensar en un rescate si ni siquiera me veían.
Me acorde de todos los pelotudos del Discovery Channel con sus maniobras de supervivencia mientras con el remo que me quedaba solo podía mantener la proa al destino y contra el viento para no devolverme tan rápido y perder lo avanzado. Por suerte el viento amainó un poco pero ahí estaba yo dando vueltas al medio del lago.
Pensé en zapatear colgado del bote, ni hablar, le hice con las manos, menos. Que hago, que hago, que hago, que hago……..pensaba.
Tate¡¡¡¡¡ había que ponerse creativo.
Extendí la línea y lancé fuerte. Primera recogida y Pum¡¡¡ trucha grande. Ja¡¡ pensé . En una de esas salgo de esta.
Luego de sacarle la mosca sin rebarba la amarré con cuidado de la cola.
Otro lance, nada. Al otro Pum¡¡¡ otra igual que la anterior. Misma maniobra anterior.
Cuento corto, pinché 6 truchas de entre 4 y 6 kilos y las amarré todas a la proa, a ver que pasaba.
Como las había tenido descansando estaban re bien así que imaginen mi sorpresa cuando empiezo a ver que en la popa se empezaba a formar una estela.
Si, había resultado, no íbamos rápido pero avanzaba. Yo, con el remo que me quedaba dirigía haciendo de timonel y ellas me llevaban de vuelta.
Casi emocionado pensaba yo cuando inconcientemente de niño pescaba y mataba las truchas. Que manera de no saber, que manera de no tener visión.
Casi oscureciendo llegué de vuelta a la partida. A mis compañeros aún los tratan de curados mentirosos cuando cuentan lo que vieron.
En la orilla solté a las truchas, agradecido.
Lo que es yo nunca mas he matado una. Podré comer cualquier cosa sin duda.
Ellas me salvaron la vida, se los juro.